Las superficies permeables AQUA no solo gestionan eficazmente el agua, sino que también mejoran su calidad. Al reducir la escorrentía superficial, minimizan el arrastre de contaminantes como aceites, grasas, metales y sólidos en suspensión, contribuyendo a una recolección más limpia y adecuada para su reutilización.
Además, estos pavimentos juegan un papel importante en la adaptación al cambio climático. Ayudan a mitigar el efecto Isla de Calor Urbana (ICU), ya que el paso del agua a través de su estructura favorece la refrigeración del pavimento y previene la evaporación directa. Esto mejora significativamente las condiciones térmicas del entorno urbano, creando espacios más habitables y sostenibles.
Pavestonsil AQUA combina funcionalidad, sostenibilidad y diseño, ofreciendo una solución integral para proyectos que buscan un impacto positivo en la gestión del agua y en el medio ambiente.
Los pavimentos Pavestonsil AQUA permiten completar el ciclo del agua y favorecer la recarga de acuíferos. Son pavimentos especialmente diseñados para los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS), ampliamente utilizados en la gestión sostenible de aguas pluviales.
Gracias a su diseño técnico avanzado, los pavimentos permeables AQUA son aptos tanto para tráfico peatonal como rodado, sin comprometer la seguridad ni la funcionalidad. Su capacidad de filtración vertical permite que el agua de lluvia se infiltre directamente en el terreno.
Alternativamente, el agua puede ser captada y retenida en capas sub-superficiales, desde donde puede reutilizarse para riego u otras aplicaciones, o evacuarse de manera controlada, reduciendo el riesgo de inundaciones.
La sección de los pavimentos AQUA tiene como objetivo, además de ser portante, el ser permeable en todas sus capas, por lo que recomendamos efectuarla de la siguiente manera:
Para la base de apoyo del pavimento, se utilizará un lecho de 3/4 cm de gravilla triturada y lavada con granulometría de 4/6 mm.
El espesor de la subbase dependerá del uso proyectado, oscilando entre 50 y 100 cm de grava machaca de 40/80 mm. Esta capa debe estar completamente exenta de finos, compactada correctamente y confinada por todas sus caras mediante un geotextil para evitar infiltraciones de materiales no deseados.
Es imprescindible prever una conexión de seguridad a la red de drenaje en la parte más alta del terreno, anticipándose a una posible saturación de la subbase en eventos de lluvias extremas.